El CEST continúa su labor como punto de encuentro y herramienta de trabajo común para empresas y profesionales. Nuestra asociación es uno de los agentes que asumen el rol de articulador del sector privado, pero no como como un simple gremio, sino desde el ambicioso objetivo de lograr labores de mayor complejidad, poniendo nuestro granito de arena para el desarrollo del territorio.
No paramos de defender al asociacionismo como un elemento necesario que se encuentra presente desde hace mucho tiempo en sistemas productivos territoriales exitosos (como los distritos industriales italianos o los clusters innovadores del País Vasco, Alemania o Estados Unidos, por citar algunos). Este trabajo nos permite generar un punto de vista con “genuino acento del sur» que debe ser escuchado y tenido en cuenta por las diferentes administraciones.
Hemos cerrado el mes de octubre con el éxito obtenido en la sexta edición de nuestro GASTROSUR, al que acudieron cientos de personas, entre ellos muchos profesionales de los varios sectores involucrados.
Unos y otros pudieron comprobar las excelencias de nuestros productos y la profesionalidad del sector primario canario. Un evento que va cogiendo solera y que, año tras año, sirve para que los productores locales puedan abrir nuevos canales de comercialización. Desde aquí queremos agradecer la colaboración de las administraciones y empresas patrocinadoras que con su apoyo hicieron posible este exitoso VI GASTROSUR.
Afrontamos el mes de noviembre con el reto de la celebración de un nuevo e importante evento. La II Jornada de Comercio del Sur de Tenerife que tendrá lugar el próximo 29 de noviembre en el auditorio Infanta Leonor de Los Cristianos. Una gran oportunidad para debatir sobre los retos de futuro de nuestro sector comercial y para poner sobre la mesa los problemas de nuestras áreas comerciales y de sus empresarios. Como no podía ser de otra manera, contaremos con la siempre necesaria e inestimable colaboración de las asociaciones comerciales locales de la comarca Sur, que son nuestras hermanas de referencia por su imprescindible experiencia y conocimiento de los problemas del sector vistos desde la trinchera. Tenemos la completa seguridad que esta jornada será un éxito del que se extraerán importantes conclusiones que nos ayudarán a continuar nuestra labor de defensa y apoyo del empresariado de nuestra comarca. Con este sector y con todos los demás, siempre seremos reivindicativos pero también constructivos.
Y en esta linea seguiremos este final de año y nos tememos que de forma todavía más intensa en el próximo 2024. Todo indica que vamos a tener que seguir luchando por la mejora de nuestras carreteras y por la finalización de los proyectos que están en marcha, pero que acumulan grandes retrasos. En esto tenemos que destacar que la obra del cruce de Las Chafiras lleva ya un retraso, a la fecha de esta carta, de más de veinticuatro meses. Y los que le quedan… Recordemos que se trata de una obra cuyo plazo de ejecución estaba fijado en treinta meses, por lo que tendría que haber finalizado a principios de 2022, y esto descontando los retrasos provocados por la crisis del covid. Con algo de suerte podrá estar finalizada en el segundo semestre de 2024 y mientras tanto las perdidas son sostenidas por ciudadanos y empresas.
Este, naturalmente, no es el único problema que nos afecta, pero mientras esperamos soluciones urgentes a graves problemas, seguimos asistiendo al guirigay político consistente en debatir si los proyectos tramitados para licitar e iniciar obras de inmediato, entre ellos, las ansiadas ampliaciones de nuestra TF1 en el tramo San Isidro a Los Cristianos, están completos o pendientes de tramitaciones. Y mientras técnicos y políticos desojan la margarita, la casa sin barrer y Tenerife bloqueada de arriba abajo en un colapso de movilidad que genera pérdidas económicas, crispación social, contaminación ambiental y provoca en parte de la población una sensación muy negativa que ha venido en llamarse “exceso de población”. Una equivoca sensación que alimenta ese peligroso movimiento de “ turismofobia” que amenaza con llevarse por delante a nuestro destino.