Y cuando nos vinimos a dar cuenta se acabó el 2023.
En las colas de la Tf1 se nos fue el 2023. Viendo el lento discurrir de la obra en el cruce de Las Chafiras se nos fue el 2023. Esperando por un taxi en el aeropuerto se nos fue el 2023. Lamentando que otro año se acaba y el hospital del Sur sigue sin terminarse, se nos ha ido el 2023. Y así con un sinfín de cosas como el puerto de Granadilla, la solución al puerto de Los Cristianos, la mejora de nuestras playas y espacios públicos, entre tantas otras obras y promesas incumplidas, se nos fue el 2023. La lista es enorme. Me pregunto si no será que nuestra comarca padece la maldición de la espera perpetua.
Y mientras tanto, subidos a la ola del buen momento turístico, nuestras empresas y profesionales cicatrizan las heridas de la penúltima crisis, la del COVID, y tratan de recuperar posiciones, aunque lamentablemente, esta recuperación no llega a todos. Como ya habíamos apuntado en las cartas anteriores, el vertiginoso aumento de los costes está comprometiendo la viabilidad y la competitividad de muchas empresas. A una inflación que no da tregua, motivada en parte, por los conocidos problemas geopolíticos, se le suman las políticas monetarias restrictivas y una voracidad fiscal en aumento que están suponiendo un lastre insuperable para muchas empresas de nuestro territorio, lo que explica que Canarias sea, ahora mismo, la comunidad con mayor mortalidad empresarial del país. Muchas empresas están abocadas a desaparecer y muchas otras están aguantando a duras penas.
Como venimos insistiendo desde hace años, y con total seguridad tendremos que continuar haciendo, es imprescindible acabar con la terrible burocracia que nos está llevando al desastre. Simplificar y agilizar los trámites administrativos se manifiesta como una de las medidas más urgentes que debe acometer nuestro gobierno canario. La velocidad y la productividad de la administración se vuelven vitales para que las inversiones, tanto privadas como públicas, se hagan realidad. Por esta via y por la revitalización del consumo se debe originar el incremento de la recaudación que permita desmantelar el suplicio tributario al que estamos sometidos.
Nos preocupa especialmente el grave problema que padece la empresa privada por el absentismo laboral y la consecuente pérdida de productividad, que están poniendo en riesgo nuestra capacidad de mantener los niveles de excelencia en el atendimiento a nuestros visitantes, pero también, y de forma generalizada, en la calidad de los servicios que prestan las empresas canarias. Nos preguntamos que, si en el ámbito privado la situación es insostenible, ¿que estará ocurriendo en el ámbito público? Nos podemos imaginar que el problema se eleva a cifras astronómicas. Según Adecco, el gasto provocado por las bajas en el sector público resta medio punto de crecimiento al PIB. A finales del pasado año la administración lideró el ranking por sectores de actividad con mayor volumen de ausencias. Así que, si esto lo conectamos con la referida burocracia, el coctel para nuestra economía es letal.
Queremos cerrar esta ultima carta del año con un mensaje de esperanza y positividad, que falta nos hace. Nuestra industria turística, la que está formada por miles de empresas y trabajadores que cada día ponen su empeño en salir adelante y sacar lo mejor de sí mismos para que nuestros clientes tengan la mejor de las experiencias, continua su consolidación como potencia mundial. Muchos países y destinos turísticos querrían tener las condiciones de clima, naturaleza y servicios que nosotros tenemos, y trabajan a destajo para mejorar su oferta. La competencia es enorme y nuestra obligación es seguir trabajando para defender y mejorar nuestro sector turístico, que no olvidemos nunca, es quien sacó a Canarias de la miseria y del que depende la economía y el empleo del archipiélago. Para muestra un botón; este año la recaudación del I.G.I.C. batirá un nuevo récord, en gran parte debido a los buenos resultados de la actividad turistica, lo que, entre otras cosas, deja en ridículo esa idea de la “ecotasa” y demuestra que esta iniciativa solo tenía como objetivo seguir esquilmando al turista, lo que no provoca otra cosa que restar competitividad a nuestro destino.
Creemos en la revitalización del consumo como herramienta de crecimiento, sobre todo en una economía, como la nuestra, cuyo único pilar lo constituye el sector terciario. Promocionar el gasto en destino y reactivar el sector comercial es fundamental y por ello vamos a pelear por un sistema eficaz de devolución del IGIC a los turistas extracomunitarios. Aumentar la facturación de los comerciantes y con ello su crecimiento, es un factor imprescindible para la sostenibilidad del empleo y para la creación de riqueza, tal como se expuso en las Jornadas de Comercio organizadas por el CEST, celebradas recientemente con gran éxito.
En el CEST, como foro de opinión, seguiremos hablando de muchas cosas y aportando propuestas constructivas, con el máximo de los respetos por las personas y las instituciones, pero sin dejar de denunciar lo que creemos se debe corregir.
Les deseamos a todos unas maravillosas fiestas en compañías de sus familias y seres queridos y que estas fechas navideñas sirvan de reencuentro y paréntesis en nuestra rutina.