Construyendo juntos un futuro próspero: El reto del Sur de Tenerife
Las pasadas elecciones del 28 de mayo han traído consigo importantes cambios en algunas instituciones de Tenerife y de Canarias. Desde el CEST queremos felicitar a los nuevos equipos de gobierno y, por supuesto, también a quienes han conseguido revalidar su cargo porque significa que la ciudadanía ha seguido confiando en su gestión; a todos les deseamos el mayor de los éxitos porque sus éxitos son los de la sociedad canaria.
Nosotros continuaremos, tal y como hemos venido haciendo hasta este momento, trabajando para mantener una línea de diálogo fluida entre las administraciones públicas y el sector empresarial del Sur de Tenerife. Nuestras reivindicaciones tratan de buscar soluciones a las necesidades, muchas de ellas urgentes, del tejido empresarial y profesional del sur, convencidos de la importancia de mantener una relación directa, constructiva y dialogante con quienes toman las decisiones que marcan el futuro de las Islas.
En las últimas décadas, la aportación que ha hecho el Sur de Tenerife a la economía canaria con un crecimiento poblacional que lo ha llevado a convertirse en una nueva metrópolis, unido al dinamismo de su tejido empresarial no han encontrado una respuesta en forma de apuesta decidida por parte de las administraciones, tanto con inversiones en infraestructuras como con la prestación de servicios públicos. Esto ha generado graves deficiencias en las infraestructuras básicas necesarias para soportar esta expansión, es más, esta expansión se ha visto lastrada por dicha falta de atención.
A ese lastre para el desarrollo que supone el déficit de inversiones en infraestructuras, se une una legislación farragosa que muchas veces degenera en inseguridad jurídica y se suma, también, a una administración lenta e improductiva; el resultado de todo esto es letal para nuestro futuro.
Por eso, ahora más que nunca, debemos reaccionar con contundencia e inmediatez en la toma de decisiones para revertir esta situación.
¿Por qué ahora más que nunca? Porque más allá de Canarias, el mundo está en un proceso constante de increíble transformación y de expansión de sus economías. Nuestros competidores quieren lo que nosotros ya tenemos y hemos ganado con trabajo y sacrificio. Ellos sí están decididos a apostar por fabulosas inversiones en infraestructuras públicas y privadas que satisfagan los gustos y necesidades del cliente del presente y del futuro. Están decididos a invertir en la tecnología e innovación de procesos que les posibilite manejar el alarmante incremento de los costes que hemos sufrido, especialmente en energía.
Este incremento de costes puede generar importantes distorsiones en nuestra industria que pueden afectar a nuestra competitividad hasta dejarnos fuera de mercado. Por eso, este es un momento decisivo para nuestro futuro. Nuestra industria turística se prepara para un buen año con una facturación récord pero también para un año de costes récord que pueden comprometer la rentabilidad y los beneficios de las empresas y autónomos. Esta situación requiere de un análisis sosegado de las administraciones y patronales ya que pone es serio riesgo la viabilidad de nuestras empresas y por ende, del empleo y de todo el sistema económico del archipiélago.
Si hablamos de costes, se impone una revisión de la fiscalidad en Canarias. A modo de ejemplo: En la construcción de una vivienda el impacto fiscal supone, nada más y nada menos, que el 25% de su coste total. Una revisión en forma de reducción de impuestos, solamente en este apartado, supondría la posibilidad de construir viviendas a precio mucho más asequible y, al mismo tiempo, compensar otros incrementos que también ha sufrido el sector de la construcción y que están fuera de su control, como las materias primas y los costes de transporte.
Nuestros líderes políticos deben entender la importancia de estos impactos y dejar de hablar de crecimiento y cifras históricas en número de turistas. Deben entender que la eficiencia, la productividad, la inversión en tecnología y el conocimiento son vitales para nuestro futuro inmediato y el único camino para lograr precios eficaces que nos mantengan competitivos y que no pongan en peligro el poder adquisitivo de nuestro pueblo, cada vez más empobrecido y castigado por las crisis que hemos sufrido.
Economía, desarrollo y conservación del medio ambiente no solo son compatibles, sino que, además, creemos que no es posible la existencia de unos sin los otros. No es factible la conservación del medio ambiente sin la existencia de un motor económico que genere los recursos necesarios para dicha conservación. El empresario canario entiende perfectamente que uno de sus mayores activos, el que en definitiva lo diferencia de sus competidores, es la naturaleza y la biodiversidad de nuestra tierra. Por ello, debemos acabar con el enfrentamiento y la torticera utilización política en estos ámbitos.
El turismo supone nuestra mayor oportunidad de creación de empleo y riqueza y necesita que todos lo defendamos. Este sector sostiene nuestra calidad de vida, es el catalizador del desarrollo local y origen de muchas inversiones que benefician a todos los demás sectores y a la población en general. Por ello, más que hablar de “cambios de modelo”, expresión que ningún político ha sabido explicar, debemos hablar de evolución de nuestra industria turística para adaptarla a los gustos y necesidades del mercado y con ello, mantener su atractivo y generar mejores resultados económicos de los que se pueda beneficiar nuestra gente.
Javier Cabrera
Presidente del Círculo de Empresarios y Profesionales del Sur de Tenerife (CEST)